El 2009 me encuentra tranquilo. O por lo menos eso creo, y es que conmigo nunca se sabe. Este año me puse como meta ser más libre, pero no me refiero a la libertad que ven los demás (esa que hace pensar a muchos, residentes del miedo, que una persona es feliz porque se atreve a hacer o vestir algo que ellos jamás harían o vestirían), sino la que se lleva dentro, la que nos dice cuanto afecta nuestro entorno en la manera como actuamos. Aunque ni yo mismo me lo crea, al final del 2008 me di cuenta que me reprimía de placeres y disgustos por lo que fueran a pensar cierta gente de ello, o por acompañar a otros a vivir sus propios placeres y disgustos. Por supuesto la gente más cercana, porque lo que piense o haga el simple mortal que anda por ahí, y que no me aporte nada positivo, hace mucho que dejo de importarme. Me prometí, además, recuperar el hábito diario, perdido en el año que recién se acaba, de leer y escribir como un ejercicio de desintoxicación espiritual. Y es que recorrer espacios de mi mente e inventar un mundo a partir de pequeños hechos que vivo cada día hace mi vida más interesante, divertida y llevadera. Si llevadera porque uno se encuentra con cada cosa en esta vida… :) 
Siendo honesto es lo único que me planteé para el 2009, pues me gustaría que este año me tome de sorpresa. Y debo añadir, que no tengo muchas ganas de llenar mi agenda de resoluciones, que además no deseo cumplir como: rebajar, hacer ejercicio, dejar de fumar, ser más organizado, trabajar, despertarme temprano, etc. Imaginen lo gracioso que seria que el próximo año una de estas cosas se cumplieran de la nada y poder definir, en este mismo blog, el 2009 como el año de las sorpresas.
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