Es irrespetuoso, sarcástico, engreído, infantil y pésimo profesional de la docencia. Debo admitir que me estresa, que sus berrinches me han cansado, y es que no soy de esa personas pasivas que piensan que las cosas nunca cambiaran y que no hacen nada por dar un giro a sus realidades. Este semestre universitario trajo con el a un personaje que me recalca el por que debo aprender de cada paso que doy en la vida, para no llegar a etapas donde se supone el ser humano ha alcanzado cierta madurez y congruencia en el proceder sin el mínimo de sapiencia requerida.
Nunca había estado frente a una persona que se esforzase tanto en ocultar sus cualidades, como si se avergonzara de llevarlas a cuestas. Su egocentrismo rebasa al mio y eso me preocupa. Nada esta bien si no sale de su textualmente brillante cabeza, y todos menos el están desadecuadamente ataviados. Es triste ver como nuestra sociedad le da a personas con tan amplio repertorio de frustraciones la posibilidad de traspasarlas a cuanto joven le pase por el delante...
Gracias por leer mi desahogo y mil excusas lo necesitaba. Quisiera dedicarle estos párrafos a quien sirvió de inspiración para los mismos, que afortunadamente nunca los entenderá y si los entiende le agradecería mucho que me explicase porque tanto empe~no en parecer un ser de poca luz.